ayer rondaba por la monstruosa ciudad y me paré en una plaza a meterme un chute de glucosa y nicotina. se acercaron dos tipos. uno a cada flanco. en un inglés con acento a alcohol:
-oye, tú, que si te molestamos lo dices y nos piramos
-pero sólo queremos hablar
-que si te damos miedos, tu lo dices y en paz
Mierda. La mochila. El mac, el disco duro, el dinero, las llaves de la puta bici. Mi libreta. Soy un puto pijo. Está a medio metro a mi derecha. Uno está sentado casi sobre ella. El otro tiene una pinta amenazadora. Me dan coba. A ver, cómo se aparentaba ser un tipo duro?
Y seguían. Tipo simpático, recién llegados, checos. Quieres vino. No, sigo con mi zumo. El otro va de mala hostia, apenas le entiendo. Se empiezan a reir de mi. Yo sigo fumando. Sobre todo no aparentar miedo, puto niñato, qué de calle que te falta...
Les pregunto algo. Gesto rápido, amago de levantarme, me pongo la mochila. Al menos ya está en la espalda. Puede que sólo sea paranoia, al fin y al cabo. Bueno, me las piro.
Qué, te vas a tu casita, a ver tu serie de televisión favorita, o a casa de tu novia a echarle un polvete y dormir tranquilo. Ahí me tocaron el orgullo.
Por qué te permites suponer que tengo televisión?
Silencio.
Porque tienes prisa, te damos miedo y tienes prisa.
No tengo tele ni novia. No soy lo que te piensas. Me voy porque os estais poniendo pesados, y porque tengo hambre y hace frío y tengo más de una hora cuesta arriba a mi casa. No vivo en esta puta ciudad parque temático, vivo en la montaña.
Jaja. Surtió efecto. Se quedaron un poco desconcertados.
Okupa?
Bueno, algo parecido.
Les cuento dónde vivo y por qué. Me cuentan algo de su viaje, sus movidas, sus peleas, sus experiencias al llegar. El otro sigue vacilandome: es normal, no darias una mierda por mi, yo tampoco por ti.
Igual te equivocas. Si necesitais un sitio, pasad por alla y preguntad por mi.
Empece a retirarme, esta vez en serio. Me devolvian con cierto desprecio mi oferta. Estamos bien, gracias, pirate, ya está, no nos vamos a volver a cruzar en la puta vida, no nos conocemos, adiós.
Ahí me giré y me acerqué otra vez. No sé por qué lo hice, pero el inglés ya no se me atropellaba en la garganta. Estaba tranquilo, y hasta me divertía.
Eso nunca lo sabes. No puedes predecir las vueltas de la vida, le dije al tipo duro. Eso, nunca lo sabes.
Y me fui. A mirar libros, por supuesto, encontré uno interesante del castells que promete bastante.
La segunda parte ha sido esta tarde. Iba a meter la bici en el metro, pero me sentía un tanto desfallecido, así que di la vuelta para candar la bici en alguna otra parte. Me di cuenta de que por ahí no llegaba a donde quería, y aun sabiendo que llegaba tarde, seguí andando en dirección contraria a la que debería. Disfrutando un cigarro.
De repente alguien me para pidiendo fuego. Enciende su cigarrillo, de nada, se va. Otro tipo llega y antes de que guarde el mechero me indica que él también necesita. Levanta la cabeza... y era el tipo duro de ayer.
Eh, yo te conozco. Te dije que nos volveríamos a ver.
Era otra persona completamente distinta. Ayer estaba fucking drunk, dice, pero recuerda vagamente algo. Me sale mi pose de anoche, y el tipo deja caer si sucedió algo malo. No, para nada. Sólo que nunca sabes cuándo vas a volver a ver a un desconocido.
* * *
Y bueno, una de tantas. Hoy ha sido otro drugo-día. dormir poco y mal, al menos ahora la mente deja de estar aletargada y se dedica a derivas productivas. todo resuena, todo se alinea. El teatro saca mi histrionismo, es liberador: exorcismo de hágalo usted mismo. Para terminar el día, hago un alto en el camino y miro si hay luz en una ventana; y levantan la cabeza justo en ese instante.Piensas en alguien y aparece...
Va a llevar razón maia, mi genial compañera de casa, experta recicladora... cuando necesita algo, no lo compra. sostiene que si deseas algo de verdad, lo encuentras...y así, poco a poco, vamos renovando la cocina....
Hoy ha sido un dia redondo. Hoy me siento vivo.
No se bien por qué, a qué se debe. Ni me importa.
En realidad sí lo sé pero no voy a decirlo.
Entre otras muchas cosas:
hoy es 22. me he acordado de mucha gente. Los he sentido ahí. Siento que cierro ciclo (otra vez!), y que abro uno nuevo. (A ver cuánto me dura)...
no śe por dónde empezar... pero empezaré por alguna parte. por el blog. me sabe mal, pero necesitaba desconectar de cierta parte de mí. Aunque también el hacerlo me devoraba.
Tenía pensado sepultar este blog de una vez por todas. En cierto modo me avergonzaba de las horas que metí aquí, solo frente a una pantalla. Ahora me alegro de poder recorrerme en mis soliloquios para nadie (pero siempre para alguien, siempre plagados de códigos ocultos... ahora puedo reirme). Ahora suena bonito recorrerse a una misma, a una que nunca es una sola, sino una con los otros... y ver la tierra de por medio...
El silencio también es muy expresivo. Cosa que cuesta reconocer a veces.
Ya no soy yo. Era inmaduro: toma, pues claro. Era asocial, tímido, ingenuo, rebuscado, intelectualoide. Y lo sigo siendo.Pero hay cosas que he descubierto por el camino. Aunque ande perdido, a veces con la sensación de estar en vía muerta... da un poco de vértigo el no reconocerse.
Sí, me falta un proyecto vital. Envidio a la gente que encontró uno. He jugado demasiado en la frontera, casi siempre hacia el lado del caos. Pero es el tao: no te alejas, tomas impulso. Sí, aún no encuentro mi sitio, ni mi gente. Pero el camino es bello.
He tenido ilusiones y me he estrellado con ellas. He encontrado algunos de mis límites. He estado en la sombra y me ha quemado el sol.
Entre tanta indefinición, he tenido demasiadas identidades. Algunas postizas, otras han dejado mella. Y aunque reniegue de ellas, de las raíces, y de las esencias, dos grandes mentiras, algo queda en el cedazo cuando lavas arena.
Da miedo vivir sin rumbo. Sólo que a veces aprendes que para volar no hay que fijarse en los aviones sino en los pájaros: sigue la térmica. Puede que te alejes de espaldas, puede que bajes cuando querías seguir arriba, pero al final sabrás, sin saber cómo, oler el viento. Y terminarás encontrando una térmica.
Los fantasmas existen. Pero también los aliados. Caras, nombres, sensaciones, habitan silenciosos.
A fuerza de indefinirme cada vez creo que tengo más claro dónde quiero estar...