Miraba por la ventanilla, mientras el tren corría hacia Buenos Aires. Pasamos cerca de un rancho; una mujer, debajo del alero, miró el tren. Se me ocurrió un pensamiento estúpido: "A esta mujer la veo por primera y última vez. No la volveré a ver en mi vida". Mi pensamiento flotaba como un corcho en un río desconocido. Siguió por un momento flotando cerca de esa mujer bajo el alero. ¿Qué me importaba esa mujer? Pero no podía dejar de pensar que había existido un instante para mí y que nunca más volvería a existir; desde mi punto de vista era como si ya se hubiese muerto; un pequeño retraso del tren, un llamado desde el interior del rancho, y esa mujer no habría existido nunca en mi vida.
Ernesto Sábato: El túnel
Escrito por calamar a las 6 de Febrero 2005 a las 01:57 PMPues te parecerá una tontería, pero a mi tb me ha sucedído éso muchas veces.
Aún no le encuentro la lógica pero bueno...
Un saludo.
Escrito por Nube a las 6 de Febrero 2005 a las 02:28 PM¿logica? ¿por qué tendría que tenerla?
pero claro que uno podría bajarse en la próxima parada, volver atrás, buscar el rancho, llamar a la puerta...
¿y qué diría en ese momento?
tu solo existes durante un momento en mi vida. subes no se sabe en que parada a mi vagón. en cualquier momento volverás a cambiar de vagón o de tren y después ... quien sabe. tal vez nos encontremos en un apeadero para tomarnos un mate mientras llegan nuestros trenes.
la mujer observaba pasar el tren. ¿pero cuantas veces has sido esa persona observada por el que va en el tren? no hay sentido en correr a la proxima estación. la persona que alcanzaras cuando baja del tren no es aquella que viste en la ventana.
si, pero... nunca estará claro quién entra en el vagón de quién. y no me venga ahora con principios de superposición...
quitarse de encima (aunque algo muy poderoso nos lo impida) la sensación de que estamos condenados a tomar sólo nuestro tren, nuestro vagón, vacío inmenso en el que resuenan nuestras palabras...
muchas, por supuesto. y no digo que tenga sentido. sólo que, si realmente la alcanzara (cosa que probablemente no haría por todos los motivos que me impiden bajarme en la siguiente parada, por todo lo que obliga a considerar esa acción absurda como un simple entretenimiento mental, como una microtortura, por todas las pequeñas cadenas que me atan a la minuciosa y estúpida agenda que me espera en la estación de destino para la que ya he comprado el billete), si llegara a alcanzarla y no huyese antes de pronunciar palabra, tendría la certeza de que, pese a no ser la misma, la que vi por la ventana fue el único azar al que puedo agradecerle -o reprocharle- tenerla ahora delante sin saber qué decir...
Uf! Acabo de caer en la cuenta de que ventana también significa ventana...
Escrito por calamar a las 6 de Febrero 2005 a las 05:01 PM