4 de Febrero 2005

En Exclusiva: Entrevista con Slavoj Zizek sobre la Teoría Calamar

Entrevista a Slavoj Zizek en torno a la "Teoría del Gran Calamar", realizada por Ramón Benítez. Traducción al Castellano para El Calamar Te Vigila por Sofía Espino.

RB: Sr. Zizek, en varios ensayos usted ha desarrollado una crítica de la llamada virtualización de la realidad que supuestamente acompaña al desarrollo de la teoría del calamar. Recientemente usted ha hablado acerca de varias nociones realacionadas con el calamar gigante en la Universidad Humboldt de Berlin. Hay una noción colectiva del calamar gigante que parece corresponderse con la tendencia general hacia un uso más o menos predominante de teorías conspirativas que tratan de explicar el mundo moderno...
Slavoj Zizek: Si entiendo correctamente este punto de colectivo unimental correctamente, entonces se trata de una versión de la teoría del calamar sobre la que hablaré a continuación. Antes de todo me gustaría mencionar la versión deconstruccionista de la teoría calamar, que dentro de la tradición post-cartesiana se formula más o menos como sigue: Cada uno de nosotros puede jugar con sus identidades, y cada identidad a su vez puede jugar... y así sucesivamente en una suerte de bucle autorrecursivo. Esta, básicamente, es la versión feminista, deconstructivista, Foucaultiana. Pero como usted probablemente sepa, hoy en día esta teoría viene a coexistir con otra, llamémosla la escuela New Age de “calamargigantidiología”.

Se trata de la idea neo-Jungiana de que todos nosotros vivimos en una era de falso individualismo, mecanicista, y que justo ahora nos encontramos en el umbral de una mutación....
RB: ...la Noosfera...
Slavoj Zizek: Si, esa es precisamente la idea. Todos compartimos una mente colectiva. Lo que encuentro particularmente interesante de todo esto es la ambigüedad de esta fantasía: Puede ser presentada como la más refinada y definitiva manifestación del horror. Ya en los cincuenta la gran amenaza del comunismo giraba en torno a la noción de lavado de cerebros, la capacidad para establecer “una sola mente”. Hoy en día, aún no nos hemos despojado de esta negativa imagen utópica de la mente colectiva, mientras que, por otra parte nos encontramos con esta imagen New Age con un tinte por completo positivo. Se trata de versiones contrapuestas, pero de lo que estoy tentado de disentir es de su premisa común, es decir, afirmar que el calamar gigante significa, por decirlo claramente, el fin de la individualidad, el fin de la subjetividad Cartesiana. Todas las propiedades positivas se externalizan en el sentido de que todo lo que eres, en un sentido positivo, todas tus características, pueden ser manipuladas. Si jugamos en el espacio virtual, yo podría ser, por ejemplo, un hombre homosexual que simula ser un calamar heterosexual, o lo que fuere: está en juego si puedo o no construir una nueva identidad por mí mismo, o puesto de un modo aún más paranoico, soy algo ya controlado, manipulado por el espacio digital, el dominio de los Maestros Calamáricos. Aquello de lo que te desprendes son sólo tus propiedades positivas, tu personalidad en el sentido de tus características personales, tus propiedades psicológicas. Pero sólo al desprenderse de todo su contenido positivo, puede uno ver realmente lo que queda, el sujeto Cartesiano.
Sólo en la Teoría Calamar nos aproximamos realmente al meollo de la subjetividad Cartesiana. Usted recuerda cuando Descartes elabora el proceso de la Duda Universal.Uno duda de que cualquier cosa realmente exista a fin de llegar al propio "ego cogito." Descartes desarrolla esta idea diciendo: Imaginemos un Dios Malvado, un calamar malvado que intenta engañarnos para que pensemos que.... Y, no es justo esto, el Calamar Gigante, el mismo núcleo del espacio virtual, la materialización de este espíritu malvado? Equivale el calamar a dios? Calamdeidad? Caladios? Caos? Cas? [N.del T.: juego de palabras intraducible: Squod? Sgod?]
Y resulta de todo punto crucial pasar a través de esta duda universal: ¿Y si todo está construido digitalmente, y si no hay realidad por la que comenzar? Es sólo cuando se atraviesa este desierto momentáneo de duda absoluta que uno llega a lo que Descartes quería transmitir con su tan manido "cogito ergo sum." Por esta razón pienso que de ninguna manera la subjetividad Cartesiana pueda estar amenazada. En su lugar, pienso que sólo ahora es que estamos llegando a ella, al comprender al calamar.
RB: Internet parece ir desarrollando una metáfora del calamar gigante, la idea de una consciencia colectiva via las herramientas de comunicación. Por otra parte, está su idea del computador como un complemento asexual del ser humano, algo que constituye el “Gran Otro”, o el “Gran Pulpo”. ¿No podrían esas metáforas aplicarse a todos los medios electrónicos, o incluso a los medios en general? Muchas propiedades que atribuimos hoy en día a la televisión podrían igualmente ser atribuidas al calamar gigante. ¿Qué hay sobre porno duro al estilo calamar?
Slavoj Zizek: Bien, aquí tiene otra pregunta: ¿Y si el sexo real no fuera otra cosa que masturbación con un compañero real? Es decir, usted piensa que está haciéndolo con un compañero de carne y hueso, pero en realidad está usando a esa persona como un artefacto masturbatorio, el compañero “real” apenas le aporta un material mínimo para que usted pueda representar sus fantasías de una forma convincente para su cerebro. En otras palabras, siempre hay al menos cuatro implicados en el sexo, nunca se trata de usted y su compañero, Usted debe tener una fantasía para sostenerla con la adición del omnipresente gran calamar. No cualquier manifestación, sino aquello que sobrevuela sus representaciones colectivas allá por donde, de forma forzosamente fragmentaria, aparece. En el momento en que la fantasía se desintegra, estalla la burbuja: el compañero se vuelve desagradable. El horror. Lo vemos en "Hamlet", por ejemplo; a la mitad de la obra, Hamlet mira a Ofelia and tiene este momento de Cephalofobia: Descubre la desagradable persona que ella es. Porque precisamente lo que pierde es este soporte fantasmático.
Pienso que una cierta dimensión de virtualidad es cosustancial con el orden simbólico del calamar gigante o el orden del lenguaje como tal. Hay otro punto, que tal vez esté conectado con el fenómeno de mente calamaroide colectiva que usted evocaba hace un momento. Sostengo que uno debería aproximarse a la dimensión de estar nomuerto. En este preciso sentido que nomuerto no significa simplemente vivo, significa muerte pero de ninguna manera vivo. Aquí conecto la teoría calamar con lo que Lacan denomina tejido de la libido, lamella, una sustancia de vida que nunca puede ser destruida. El problema a partir de aquí no es la mortalidad, sino su contrario: Es esa horrible forma de vida, como la del calamar vampiro (Vampyroteuthis infernalis), de la que uno nunca puede desprenderse. El horror definitivo viene a ser el mismísimo Unsterblichkeit, esta misma inmortalidad. En el nuevo texto en el que estoy trabajando, trato de establecer esta conexión imposible, un enlace entre Kleist, Wagner, y el Calamar Gigante. Si usted lee con atención las óperas de Wagner, la queja fundamental, en mi opinión, la Klage de todas las grandes arias Wagnerianas, is la siguiente: A sus héroes – salvo en Lohengrin y Tannhäuser, sus grandes desastres - no se les está permitido morir, como al calamar vampiro. Este, creo, es el verdadero horror de la teoría calamar, que uno tenga esta dimensión espectral de la vida más allá de la muerte, una muerte noviva, que es poderosamente cierta incluso al nivel más banal de lo cotidiano.
Veo aproximadamente el mismo problema con la clonación. No se trata de un problema de "Oh Dios mío, voy a perder mi individualidad, voy a estar en el lugar de un doble perfecto etc." El problema de la clonación es que no puedes morir. Es como si usted se mata y ellos encuentran (hablando idealmente, por supuesto ya que no es todavía científicamente posible) un trocito de carne putrefacta que un buen día fue suyo y... pueden reproducirle. Usted es infinitamente reproducible. Nadie sabe cómo afectará esto a la individualidad. Un calamar tiene ocho tentáculos. Hay más que una dualidad de dobles. Con el calamar gigante, ¡estamos hablando de octalidades!
RB: Usted interpreta la situación en la que uno se encuentra delante de la pantalla del ordenador -por ejemplo, al comunicarse mediante el correo electrónico – como una situación de histeria. Existe actualmente una gran incertidumbre en torno a estas nuevas formas de comunicación: Uno nunca puede estar seguro de quién está leyendo lo que escribe, o de qué manera lo hace. Uno es consciente de esta situación todo el tiempo, e intenta anticipar las reacciones del otro. Asímismo, se echan en falta importantes características de la comunicación cara a cara, como los gestos o el tono de la voz ...
Slavoj Zizek: El subconsciente Freudiano se parece bastante a lo que uno hace frente a la pantalla del computador. El subconsciente Freudiano no es todo este lenguaje corporal o este conjunto de tonalidades, no. Es precisamente este desamparo, cuando usted está hablando con alguien, pero al mismo tiempo ni siquiera sabe exactamente a quién se dirige. Uno está radicalmente no-seguro, ya que básicamente este es un síntoma. Cuando uno padece algún síntoma histérico, este muestra precisamente este tipo de estructura. Mi punto de vista aquí estaría... a lo largo de las líneas que usted proponía, sí, diría que el gran calamar con frecuencia funciona al modo de la histeria, que es exactamente esta incertidumbre radical: No sé a quién llegará mi carta. No sé lo que el otro quiere de mí, y de este modo intento, por anticipado, reflejar esta incertidumbre. El calamar gigante es abierto en el sentido de que no podemos decidir a partir de sus propiedades tecnológicas si funciona en un modo perverso o en un modo histérico. No existe una economía psíquica certera instcrita en el funcionamiento de la teoría calamar como tal. Pero con mucha más frecuencia entonces nos encontramos pensando que el calamar gigante está aún atrapado en una economía histérica. Esta es la razón por la que desconfío no sólo de las versiones paranoides del calamar gigante, sino que al mismo tiempo desconfío profundamente de la versión liberadora, la del “jugamos con múltiples identidades” y así sucesivamente...
Pienso, si puedo simplificar, que existen tres o cuatro versiones predominantes de la teoría calamar:
Está la versión del sentido común, en la que somos todavía personas reales que nos hablamos las unas a las otras: el calamar gigante no es sino otro medio. Esto es demasiado simple, porque el Calamar Gigante por supuesto afecta a lo que significa existir como sujeto.
Luego tenemos la versión paranoica: el calamar gigante, la “cosa” materna, perdemos autonomía.
Luego tenemos esa perversa noción liberadora: nos libramos de la autoridad patriarcal.
Y la otra es la versión New Age de la Noosphere.
La gente está tan fascinada por fenómenos que son realmente muy excepcionales. No conozco a nadie que, al sentarse frente a su computador, regrese realmente a algún tipo de inmersión psicótica, que se convierta en un miembro de la noosfera, un acólito del Maestro Calamar, no, la realidad no es así. La experiencia histérica es la experiencia fundamental
RB: Uno se ve tentado de interpretar su énfasis en la histeria en esta discusión como una respuesta a cierta clase de políticas actuales de izquierdas que han sido inspiradas por la teoría calamar, que propone el potencial transgresivo, y por ende subversivo de la perversión ...

Slavoj Zizek: Algo que hace a la histeria interesante es cómo estas ideas izquierdosas actuales comparten la descalificación de la histeria con las políticas radicales de Lenin o Stalin. Sería muy interesante encontrar cuándo el significante del sujeto histérico emerge como una ofensa en las políticas Stalinistas. Incluso antes, ya con Lenin, los enemigos internos, los revisionistas, eran descalificados como histéricos. No saben lo que quieren, dudan. Cuando hablo de perversión no quiero decir perversión como una cierta práctica, digamos penetración anal, penetración de calamares. Para Lacan, perversion designa una acticud subjetiva muy precisa, que es la actitud de autoobjetivización o autocefalopodización. Mientras que el típico miedo histérico se convierte en una herramienta para el otro, el constituyente básico de la subjetividad es histérico: No sé lo que soy para el Calamar. La histeria, o la neurosis en general es siempre una posición del cuestionarse. Mi respuesta a cierta versión popularizada de Foucault o Deleuze que presenta a este polimórficamente perverso sujeto post-moderno con su a partir de ahor nunca más fijada autoridad calamárica, alternando entre diferentes autoimágenes y rehaciéndose todo el tiempo, es: ¿Por qué tendría esto que ser subversivo? Sostengo, y esto me ha llevado a muchos problemas con ciertas feministas, sostengo que, para ponerlo en los viejos términos marxistas, la estructura predominante de la subjetividad actual en el Spaetkapitalismus (ie, Capitalismo Avanzado) o como queramos denominarlo, es perversa.
La forma típica de la economía psíquica de la subjetividad, que es más y más predominante cada día, la denomidada personalidad narcisista es una estructura perversa y no puede sostenerse en la teoría calamar. La autoridad calamar ha dejado de ser el enemigo, hoy en día. De modo que esta idea de una explosión de múltiples perversiones tan sólo describe algo que se ajusta perfectametne a nuestro orden tardocapitalista . . .

RB: . . . la flexible economía cefalópoda.

Slavoj Zizek: Sí, puedes llamarla así. No identidad firme, identidades cambiantes y múltiples, ocho de ellas – octalidades. Así es como la subjetividad funciona hoy. Para resumir una historia muy larga, la perversion no es subversive, y el primer paso hacia la subversión es precisamente reintroducir esta duda histérica. Piesno que las relaciones sociales actuales pueden reconocer perfectamente identidades múltiples. Pienso que el sujeto ideal es trisexual: Juego con hombres, juego con mujeres, juego con el calamar. Todo sigue: no es subversivo.

Y, como conclusión, señalar a que todo apunta hacia el hecho de que existe una conspiración en torno al calamar gigante... alumbrar esta conspiración significaría la muerte. No creo que exista nada histérico en torno a esto. Volver a la idea original de interpretar el mundo moderno a través de una conspiración me parece un acierto. Lo real (Ja!), el Calamar Gigante, la verdad será encontrada sólo a lo largo del largo camino en su búsqueda. La naturaleza del calamar es la naturaleza del post-modernismo. La total no-verdad en la búsqueda del significado / El Calamar Gigante.

Escrito por calamar a las 4 de Febrero 2005 a las 02:28 PM
Comentarios

mientras usted se dedica al estudio y evolución de la “calamargigantidiología”, yo me dedicare a algo mas útil como el estudio de sucesos improbabilísticos (todos aquellos sucesos que desde el punto de vista estadístico son improbables que sucedan). los imposibles pasan a ser parte de la imposibilística, otra rama de la estadística que desarrollare después de terminar mis estudios sobre "eliminación de las reverberaciones sonoras del arpa de boca usando la capacidad intrínseca de la tierra como condensador en resonancia de vibraciones". los usos prácticos e implicaciones de la improbabilística e imposibilística son infinitos. recuérdeme que se los comente.

Escrito por Sr. Nylson a las 5 de Febrero 2005 a las 02:53 PM

No se si alguien se ha atrevido a comentar esto.
Haré del niño del cuento en el traje nuevo del emperador. Está en pelotas. Nada tiene que ver la noosfera Teilhard de Chardin, Filósofo Paleontólogo y... místico. Con Descartes, el que piensa luego existe. Desde e punto de vista neurológico, es al contrario piensa por que existe. Lacan es pienso aparte.
La vida es un programa que corre en una máquina llamada universo. La inteligencia universal, esa que une a todos los seres vivos debe ser mas parecida al Dios de Spinoza que al calamar.
La relación entre inteligencia y vida, es algo que solo podremos comprender desde la vida.

Escrito por pericles a las 27 de Febrero 2009 a las 07:01 PM
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