todo me es ajeno.
(puede ser que no cenaste, peligro en confundir los estados del alma y del estómago, la sonrisa cínica que te corroe hasta las entrañas, el asco ante el espejo, el vómito ególatra que te regocija en el fondo, quieres ser como ellos pero te debates, sales de tu cueva, juzgas y miras y juegas a ser otro, pero te sale torcida la sonrisa, vuelves indefectiblemente a traicionarte, a dejarte llevar, a olvidarte, a circular por los mismos pasos mientras recitas en voz baja el mantra de tu perdición. manso el perro que no muerde la cuerda, que no se muerde a sí mismo y permanece alerta evita dormirse las noches de luna, no se engaña, no puede engañarse con sus ladridos, sin embargo tú tienes palabras que tiendes a secar al sol, palabras parapeto que usas como escudo, que digan que no te entienden es suficiente para que te encasquilles en tu molde horneado y te envuelvas de suflés de bufón, como escudo y como aburridas eyecciones que luego no te limpias un poco por pereza y un poco por el depravado gusto al olor de lo rancio, de lo sucio, de lo oscuramente enmarañado, los asustas, los preocupas, los sumes en una pasajera confusión, mientras tú permaneces con gusto en el barrizal de tus lamentos, refocilándote entre sangre sudores y excrementos hechos verbo, todo antes que sentir el vértigo de los picos más altos, todo antes que iniciar el ascenso hacia las cumbres. Maldices pero necesitas tu ración, necesitas tus juguetes, tu cama lista, tu cruzadita privada, tus éteres de nombre desconocido. Más te valiera cenar a tus horas).
Escrito por calamar a las 27 de Mayo 2005 a las 04:56 AM