uno intenta recordarlo pero estas cosas se recuerdan como todo lo que sucede demasiado abruptamente y de repente ya está ahí atrás como el agua removida que se aleja tras de un barco. la habitación de mush, la oscura presencia, el vago reflejo en las ventanas que nos recuerda anticipadamente la sensación que ahora tenemos al volver a doblar la esquina, la misma esquina que hace tres días doblábamos en sentido inverso, pero ahora volvemos, nos vamos irremediablemente y no vamos a volver a ser los mismos, no vamos a volver a estar ahí arriba lejos de todo y temerosos de mush, esperando a mush, mirando por las ventanas y comprendiendo de una vez, los trajes en la puerta, esperando rígidos, que los que acechan desde la ventana están viniendo, sin estar ni venir, simplemente eso, sinuosamente... Y ahora ya estamos de vuelta y ni estamos ni venimos. Imposible permanecer. Salvo en alguna mesa de algún café. Bah.
Escrito por calamar a las 12 de Abril 2005 a las 03:05 AM