2 de Febrero 2005

el retorno del calamar (cadenas no lineales de eslabones abiertos como en ese truco de dos clavos entrelazados y a ver quien es el guapo que los separa, solo hay un movimiento, si, pero atrevase, mono que escribe a maquina y se rasca la cabeza, atrevase)

clavos magicos
Y bien. Seguimos en el mismo sitio.
(siempre la misma función...
el mismo espectador...
)
Seguimos haciendo las mismas cosas.
Claro que no pretendemos bañarnos en el mismo río, ni seguir siendo los mismos por conservar un rectángulo de cartulina que plastifica nuestro mismo nombre. Que quién sabe si es el nuestro. O eso nos repetimos. Por decir algo.

...El calamar se apareció en el Algarbe. Por allá (en Portugal, en Oporto, en Tras-Os-Montes, en Lisboa) quedan cabos sueltos. Otros contadores de tiempo detenido. Ya llegarán, ya...
Aquella fue una experiencia extraña. Casi llegó a darme miedo, su aparición. Otro día hablaré de aquel atardecer, de aquella luz irreal. De los escondetrás en la niebla, de la inmensa mancha de agua que nos oculta lo que hay detrás de la cortina. De eso y de la ciudad fantasma donde no habita nadie, de la conversación ininteligible entre la única viajera en el autobús y el conductor. De eso y de cómo mi amigo se partió la espalda. De las cervezas en la placita mientras venía la enfermera... de eso y de los militares de las fuerzas armadas angoleñas, de la huerta donde dormimos... del aguardiente de madroño.

Claro que empiezo a plantearme qué sentido tiene todo esto... Sí. Estamos desvirtuando el verdadero sentido del calamar, sus noctámbulas y enigmáticas apariciones, su mensaje cifrado bajo las palabras que podríamos cruzar y no cruzamos. Quiero decir, empieza a parecerme un poco vacuo todo esto. Yo me desgañito tratando de recordar cosas que por más que quiera no voy a revivir, de hecho aunque lo consiguiese nadie me quitaría ese sentimiento de vacuidad (casi que encontraría de nuevo el hueco, las ausencias de entonces, el sentido de la flecha apuntando hacia). Por otra parte podría tratar de entretener o asombrar, de hacer malabares con las palabras para que usted (es decir, yo mismo, al otro lado) trate de forjarse una idea, de definir un conjunto a partir de la nada (salto mortal entre el no ser y el casi es) en el cual irá metiendo (o más bien yo trataré de obligarle a que meta, captando su desbordada atención, consumiendo una cuota de su tiempo de procesaje mental) todas aquellas gilipolleces que yo tenga a bien ir vomitando, todas las bolas de hilos, pelo y pelusa que pululan por bajo los grandes muebles metafóricos de mi vida...

Y todo viene a ser lo mismo, ve. Yo haciéndome la ficción de que usted existe (o más bien tratando de justificarme la pretensión de que nunca jamás, que escribo al aire y usted casualmente pasaba y escuchó este grito en el vacío, este caer de troncos en un bosque desierto), usted inventándome transitoriamente para volverme a olvidar, para reciclarme en el contenedor de las piezas del señor potato...

Y claro, a otra escala, huidas a este espejo espejito mágico de bytes aparte... así andamos todos, con el reciclaje emocional. Los espejismos por capas, como las ciudades que de tarde en tarde se desentierran... ¿no sería mejor, si por casualidad uno descubre algo de la capa de abajo, acumular escombro encima antes de que nadie se diese cuenta? Nota mental, tratar de explicar esta clase de reciclaje en otra ocasión. Viene a ser algo así como que cambian las caras, pero el fondo lo reconstruimos a partir del último punto donde se conservaba la flotabilidad...

Desenterrar, olvidar... . Volver a ser el mismo, incluso buscando años ha. Proyectarse para preguntarse si...

Antes de perder el hilo trataba de explicar los torcidos renglones del determinismo estocástico: espalda rota, no nieve, no pueblo perdido en las montañas (ahora me doy cuenta de que llevo meses silenciando aquella revelación del calamar... o le pongo remedio o la olvidaré...), adiós también a transylvania. Y, siguiendo el fluir de las runas... Volé. Simplemente. Al otro lado de la burbuja.

Hasta que aterricé sobre una piedrita del río. Y veía los remolinos allí abajo... lejos... lejos... a mis pies.

Claro que eso son otras historias. Ni eso. Retazos. Paisajes. Rostros en movimiento. Que van desdibujándose como el humo

(escribir, escribir de nuevo, sin pretensión de que nadie lo entienda... transcribir, recordando la fiebre)

Cabos sueltos. Maravillosa eclosión del lado no prosaico de la vida. Aunque... algunos despertares... sonrisas torcidas. El o-tra-vez. (el miedo a traspasar la frontera de los nombres... como un extraño...)

Cervecitas. Camellos que lloran. Baldosas amarillas, arpas de boca. Ahora sí, esta vez tenemos un plan. Aunque, extrañamente, miremos atrás y nos demos cuenta de que no reconocemos estos rostros. Pero sí esta extraña sensación, esta necesidad de que nos resulten familiares.

O no.

Escrito por calamar a las 2 de Febrero 2005 a las 10:57 PM
Comentarios

Me reafirmo: Ni panaderia ni caballos de momento, si a usted le hace ilusión es otro tema...
Interesante leerle. Respecto a los clavos: Yo los saqué.

Escrito por a las 3 de Febrero 2005 a las 08:14 PM

siempre hay alguien que nació con una flor en el culo, vd. me disculpa el exabrupto. La cosa es si los équidos podrían o no cursar grados elevados de solfeo. Todo depende del método didáctico, me dirán los humanistas. Pero... cuál será su peculiar sentido de la harmonía?
Panadería, por supuesto. El horno también podría servir para cocer arcilla, y eso, si mira vd. al neolítico, es fun-da-men-tal. También sirven para hacer dulces.
AH! Y MIEL, of course!

Seguiremos conspirando, no se preocupe. No sé si con los mismos nombres, las mismas caras, pero seguiremos. No hemos dejado de hacerlo.

Escrito por calamar a las 3 de Febrero 2005 a las 08:59 PM

No nací con una flor en el culo, es postiza, la elegí yo y me posé en ella.
"soy caperucita, a mi abuelita voy a ver, le llevo tortitas, mantequilla, pan y miel"... le puede a usted la vena romántica, ni pan ni miel. El horno para cocer barro no es mala idea... el problema de los caballos es que no puden tocar la viola, o el violin, ni siquiera el chelo, podrán tocar la flauta como los burros??

Escrito por a las 3 de Febrero 2005 a las 09:49 PM

ok, (la veo mordaz)
planteamiento versión 1.2: montar una especie de Sion Reloaded con lineas de montaje de pcs clonicos y pirateria directa a las cuentas suizas.
O... una fragua! Eso siempre lo dije, en la aldea gala habia un herrero! (vendedores de pescado pasado abstenerse).
Destilar absenta?
Oh oh oh, esta mañana mientras me echaba agua en la cara cai en la cuenta! Estaba delante de los belfos!
Criadero de champiñones!
O planta artesano (mad-max like) industrial de digestores de metano.
Uf.
Mucho estoy hablando. Cuaderno secreto needed...

Escrito por cybercalamar a las 4 de Febrero 2005 a las 11:39 AM
Escribir un comentario









¿Recordar informacion personal?