12 de Junio 2004

la importancia de los cafés con leche

Estaba muy sorprendido, a él también Pedro le parecía tan lleno, tan duro, tan perfectamente encerrado en sí mismo; no podía imaginar ninguna fisura por donde pudiera filtrarse la inquietud. Y, sin embargo, ¿Javiera había rajado esa tranquilidad? ¿O no había hecho más que revelar una rajadura imperceptible?

-Se lo he dicho a menudo, si Pedro ha puesto tanto en el teatro, en el arte en general, es por una especie de decisión -dijo Francisca-. Y una decisión, cuando uno comienza a interrogarse, es siempre turbadora -sonrió-. Javiera es un signo de interrogación viviente.

-Sin embargo, se ha obstinado mucho en eso -dijo Gerbert.
-Razón de más. Le excita que le hagan frente, afirmando que da lo mismo tomarse un café con leche que escribir Julio César.
Francisca sintió el corazón oprimido. ¿Podía afirmar seriamente que durante todos estos años Pedro nunca se había sentido cruzado por una duda? ¿O es que simplemente ella no había querido preocuparse?

-¿Usted qué piensa? - dijo Gerbert.
-¿Respecto a qué?
-Respecto a la importancia de los cafés con leche.
-¡Oh, yo! -dijo Francisca; recordó una cierta sonrisa de Javiera-. A mí me importa tanto ser feliz - dijo con desdén.
-No veo la relación - dijo Gerbert.
-Es cansado interrogarse. Es peligroso.

En el fondo se parecía a Isabel; de una vez por todas había hecho un acto de fe y descansaba tranquilamente sobre las evidencias pasadas. Habría debido volver a estudiarlo todo desde el principio, pero eso requeriría una fuerza sobrehumana.

-Y usted -dijo- ¿qué piensa?
-¿Yo? Depende - Sonrió-. Según se tenga ganas de beber o de escribir.

Simone de Beauvoir: La invitada

Escrito por calamar a las 12 de Junio 2004 a las 10:02 PM
Comentarios
Escribir un comentario









¿Recordar informacion personal?