Ya no más qué. Esa es la cuestión que le corroe. Diferente, especial... palabras demasiado fáciles, siempre prestas a acudir en el auxilio de los embriagados por los peces de colores, palabras en préstamo hasta que son devueltas al cielo de las palabras, a cambio del dulce aguijón que todo lo iguala. Todo es distinto al comienzo, pero todos los finales comparten una misma ubicación, donde los recuerdos se hacen presentes, un suave limbo otoñal. Quemando los bordes de este verano que se adueña de nosotros. La primavera es cada vez más corta...
Qué se acaba cuando se acaba... Se acaban por supuesto las ramificaciones siempre abiertas de cada instante. Siempre parece haber tiempo (yes there're two paths you can go by, but in the long run, there's still time to change the road you're on...), hasta que se apresa como en un libro que se cierra. Acotadura, margen, abismo.
Qué es lo que se acaba. Inevitablemente, el tiempo compartido (el tiempo dedicado). Cierta sutil forma de posesión. La teoría dice que lo que debe hacerse es, por una parte, poner aire de por medio. Esa mujer no era para tí, estuviste aguantando una situación insotenible, mejor cirugía a tiempo que gangrena incontrolable. Tiempo de buscar consuelo, de volver a los amigos descuidados, de entregarse a cualquiér pasión o entretenimiento. Para no darse cuenta del tiempo que sobra, del tiempo que no queremos seguir dedicando, en las ausencias ahora doblemente ausentes. Pero incluso en la opción benevolente, donde se opta por una situación normalizada (seguimos siendo...), cualquier intento de mantener la compostura es un ejercicio de hipocresía. Seguir alimentando los tentáculos del grupo, frecuentando los mismos lugares, atendiendo a cada momento la lista de lo que puedes y lo que ya no puedes hacer (tocar un hombro, una cintura, dosificar los tonos, las distancias, las llamadas)... Las confidencias se estrechan en torno a la herida. Poco a poco, todo va siendo sustituido hasta que sólo la coraza queda en pie, un nombre viviseccionado del que se ha extraido todo fluido vital. El orgullo de animales de manada resulta herido en la nueva situación, lo que somos ahora cuando antes...
Hasta aquí llega la teoría, con la addenda de que el tiempo todo lo cura...
Pero puede irse a la mierda la teoría. Quédensela los que amen las casillas.
Yo sigo pensando que debe existir otra forma. Sobre todo cuando se cierra la grieta antes incluso de que hubiera terminado de comenzar a abrirse. Es absurdo marcarse límites.
Maldita memoria, malditas palabras, malditas cadenas.
Escrito por calamar a las 3 de Junio 2004 a las 05:03 AMSal un día con el tito "romi" ;P
Escrito por RoMaNo a las 3 de Junio 2004 a las 01:01 PM