27 de Mayo 2004

quemen sus titulos

Allá en la superficie están de exámenes. Para algunos el principio del fin, el fin del principio para otros. Después de esto los sujetos estudiados por el calamar gigante obtendrán un título firmado por el rey. Dejarán de vivir en el nido familiar, volarán libres hacia los cielos del libre mercado. Esta es la época de cosechar lo que se ha venido sembrado durante el curso, época de gratificaciones para las hormigas laboriosas o más frecuentemente, de remordimientos para las cigarras. El tiempo: maltratador y maltratado. Siempre faltan dos horas, dos días, que se nos plegaban incómodos hace unos meses, sobrándonos por todas partes. En lontananza los planes de verano, el premio o el refugio o el horno inaguantable. To finish or nor to finish, that's the fucking question... Orla, diploma de promoción, compañeros viajando al caribe y festejando en barcos tras cenas de postín. Qué festín. Si tu no to finish, algo te pesa. Un año de retraso, un lastre nunca conocido. Exigencia, eficacia, eficiencia. Y si por lo menos hubieras dedicado el año en algo... ¿Pero qué hiciste? Nunca tenías tiempo. Ni una cosa ni la otra. Empantanado, encerrado en ti mismo, acusa el calamar. Leer, escribir... y ni siquiera con constancia. Zombie disperso, te crees mucho mejor que los zombies televisivos (aunque hay quien dice que te duermes con crónicas de vez en cuando, que seguiste algún reality)...
Y zombies abundan estos días. Ebullición, plazos, entregas, exámenes. Prácticas, seminarios, trabajos, final. Dormir lo necesario, control rígido sobre cada minuto. No permitirse un segundo de relax. Atento, atento, embuta vd sus conocimientos que antes se negó a dosificar...
Todo para volver a empezar al cabo de unos meses. Todo para olvidarlo antes de darse cuenta. Todo para aprender a quemarse con resignación, para agachar la cabeza.
Y si por lo menos te gusta... Recién me di cuenta el drama de los profesores. Media vida aprendiendo gilipolleces que nunca han visto para, sin poder digerir un ápice, ponerte a vomitárselas a las pequeñas bestezuelas que se rien en tu cara.
Todo es ilusión.
Hay que detener el mundo.

Escrito por calamar a las 27 de Mayo 2004 a las 12:24 AM
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