el calamar te vigila

gusanos platónicos

el mundo de las ideas existe. es un cielo poblado de gusanos. o de calamares.
esta es otra de mis teorías. la vi una noche en que un humo denso casi ocultaba la habitación. las ideas existen en su cielo platónico. no son arquetipos, en eso se equivocaba el sabio.

las ideas son seres vivos. gusanos, más concretamente. gusanos invisibles.
están ahí fuera, en el aire. son parásitos, y necesitan nuestras mentes para sobrevivir. un cerebro recién nacido es un territorio virgen que inmediatamente es colonizado por esporas o quistes de resistencia de las ideas que viajan por ahí fuera desde que el mundo es mundo. pueden permanecer así enterradas durante años. cuando encuentran las condiciones necesarias de temperatura y humedad, germinan. hay muchos tipos de gusanos, pero todos hacen lo mismo: eclosionan, crecen y se reproducen. varios tipos pueden fusionarse para crear un supergusano, que se expandirá hacia otros seres con mucho más vigor que si hubiésemos sido infectados por uno sólo de los bichos.
a veces varias hordas de gusanos de distinta clase luchan por hacerse con el control de su universo: nosotros lo llamamos crisis, locura, o simplemente dolores de cabeza, según la trascendencia de la batalla o de la virulencia de la insurrección.
hay gusanos tan insignificantes que sólo tienen una palabra. y otros endemoniadamente más complicados, que dependen de un delicado equilibrio en las tasas de emigración y exportación de otros especímenes dentro y fuera del contorno de nuestro cráneo. hay niveles de organización, y así la infección se dispone en capas. antes o después, emerge el órgano fructífero y dispersa su enfermedad a los cuatro vientos.

aquí abajo los humanos nos entregamos a nuestras pasiones. nos movemos compulsivamente según nuestra historia, nuestros intereses o principios. y no somos más que caracoles infectados por un gusano que nos idiotiza. por eso miramos hacia arriba con recelo en las noches sin luna, deseando que un gran calamar encuentre a los gusanos que se ceban sobre nosotros, los arranque con sus tentáculos inexorables, y nos haga libres de una vez por todas.