1 de Septiembre 2004

warhol e indefiniciones varias

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Y resulta agradable que este verano se hayan acordado de mí, ausente del Warhol en Ibiza. De los sillones, porque al reservado no llegué a entrar. Siempre me intrigó aquella habitación, aquella atmósfera. Siempre seré un outsider, digo. Maldigo. Reniego de Warhol, el artista, no la sala, al conocer a Rosenquist, al releer filosofía de A a B y de B a A. Conformista, advenedizo. Simpática, referencia obligada, necesidades hermenéuticas, conocer al monstruo. Pero me aparto lo mismo que, además de las razones sexuales, me digo que su mundo jamás podría haber sido el mío. Por sentirme inferior, porque me diera pereza hablar su lenguaje y abrazar sus gestos. Excusas. Lo desprecio para sentirme superior, zorra condenada a no alcanzar sus uvas. Pero sentado en un escalón súbitamente lo comprendo: necesidad compulsiva de vaciarme los bolsillos, de entrar en la tienda de cómics hasta gastar todo lo que lleve encima, apurar la calderilla con una cerveza. Lo mismo haría si tuviera más, cuál es la diferencia. Cultura o basura, status quorum. Juicios consoladores. (Warhol como ambigua metáfora de desengaños amorosos, humor privado). Coincidir casualmente en la misma mesa que hace meses con otra persona, ver pasar el fantasma, reafirmarme pero a pesar de todo no agarrarme al instante, no expresarlo, no soltar la máscara sino muy tenuemente, no saborear lo que hago hasta unas horas después, en que soy consciente de cuánto voy a echarlo de menos. Arráncate esa piel de cínico! Si pudiera eliminar la maldita sensación de tránsito, de imperfección, de vacío, de preparación hacia un instante pleno que llegará... Si pudiera acordarme mañana. Anestesia. Sinestesia. Radiestesia.

(Arte realizado por artistas sin talento, vendido por mercaderes sin escrúpulos a compradores aturdidos. Pero entonces por qué no hacemos arte a diestro y siniestro, por qué no nos regalamos ceniceros hechos con latas de refresco, máquinas absurdas soldadas con pedazos de somier, por qué no llenamos nuestros días de poesía encontrada en mitad de la basura... Según un estudio, tenemos en más estima el dinero que el tiempo. Extraño, cuando sólo queremos el primero para perder el segundo... Y casi que el recíproco es cierto.)

Y... saborear... si tú le das... todo tiene sen-ti-do...
Hacer. Algo. Lo que sea. Con las manos. Que duela. Que sangre. Darse cuenta, estar vivo.

(perdí mi tiempo, pensando blandamente, sin hacer... ¿no me atrevo?
¿es pereza? ¿miedo? ¿bucles redundantes de pensamiento?
¿por qué no sé hacer avanzar el juego más allá de la contemplación extasiada del prisma, por qué anclarse en la consecución caprichosa de deseos?)

Díselo.

Escrito por calamar a las 1 de Septiembre 2004 a las 05:06 AM
Comentarios

Y...Al despartär..te voy a cantar...cositas al oido..


Maravilloso montaje..

Escrito por Mägnolia a las 1 de Septiembre 2004 a las 05:43 PM
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