Deliciosas ocupaciones:
de tiempo en tiempo, dedicarse a reordenar los contactos del messenger. es increíble cómo los grupos creados con todo el sentido del mundo van evolucionando, mutando, resultando insuficientes. Es tan sencillo entonces arrastrar el iconito, banearlo, mandarlo a hacer gárgaras, o simplemente reubicarlo, exiliarlo del grupo predilecto, el grupo artificioso, rebajarlo en la escala social, entremezclarlo en el montón de los nombres que comienzan a palidecer y a resecarse, hasta diluirse por el sumidero del olvido.
Sólo dos observaciones sobre este estúpido pasatiempo: uno tarda mucho más en ingresar en el grupo de los elegidos que en salir de él. Y, por otra parte, ciertos muñequitos no se mueven, nunca.
'cause some things never change...