...deambular por las calles con la extraña certeza de que ya estuvimos aquí antes, obedecer los estúpidos rituales que nos impelen a cruzar de acera, a llegar al edificio rojo hasta por cuatro calles paralelas según el estado de ánimo, y por supuesto en algunas épocas volver por un lugar distinto... Percibir las invisibles señales propicias para, un día tan bueno como los demás otros, volver a hollar un sendero abandonado...
Resbalar por la calle Tarfia, la misma que hace dos años abandonamos por resultar demasiado dolorosa, la misma que en invierno se torna escurridiza por las algas. Encontrar en el suelo, aproximadamente en el mismo lugar que la otra vez, una tórtola turca...
Si todos los años mueren pájaros en los mismos lugares, no es de extrañar que las cosechas humanas tiendan a repetir las más recónditas virtudes. El ciclo temporal es simple. La termodinámica, implacable. Los engranajes funcionan, silenciosos. Y conservamos la ilusión de libertad.
(aunque a veces, de repente, tengamos la sensación de que han cambiado algo... forma parte del espectáculo)
No creí que nada pudiese cambiar tan desmesuradamente, tan precipitadamente,hasta que volví a recorrer esa calle.No cambiaron el escenario,pero cambiaron todo lo demás sin avisar.
Pero vuelve ocurrir una y otra vez y yo intento agarrarme a algun telón,pero no,el escenario no lo cambian nunca.
¿Qué es ese ruido?¿Son caballos?
No,es un hombre que nos sigue con unos cocos,milord.
¿Insinuais que los cocos emigran?
Escrito por calamar a las 8 de Junio 2004 a las 09:05 PM(tiene toda la pinta de un salto al hueco)
Escrito por calamar a las 8 de Junio 2004 a las 09:05 PM